El ex diseñador de Dior, John Galliano está siendo enjuiciado en París por unos supuestos insultos racistas que provocaron su despido de la empresa de moda hace ahora un año. El próximo mes de septiembre se conocerá en veredicto. El dinseñador podría ser condenado a pagar una multa. Nunca irá a la cárcel. El problema es que su carrera ya siempre estará en entredicho.
La culpa, según se está descubriendo en el jucio, la adicción al alcohol y las drogas. La vía de escape del diseñador que se enfrentaba a una competencia brutal en un negocio, la industria del lujo, que mueve miles de millones de dólares de la industria de lujo .
En el juciocio celebrado el miércoles en París, el diseñador en desgracia culpó a las presiones del sector por su desintegración.
Galliano es procesado por presuntamente prononciar comentarios antisemitas y racistas contra un grupo de personas en un café de París en dos incidentes separados. Acusado de “injurias públicas basadas en el origen, religión, raza o etnia” el diseñador se enfrenta a una posible multa y, lo que es peor, el descrédito.
La fiscalía pidió el miércoles por una multa de no menos de 10, 000 euros pero no pidió ir a la cárcel. El fallo se emitirá el 8 de septiembre.
En un testimonio emocional, el diseñador de voz suave, insistió en que no recuerda haber hecho ninguna diatriba antisemita o racistas, pero reconoció que se había perdido por las adicciones de alcohol y drogas, cuando los hechos denunciados tuvieron lugar en febrero del año pasado.
El diseñador de 50 años de edad reconoció sus adicciones cuyo el último brote se inició en 2007, cuando la crisis financiera mundial obligó a las marcas a luchar por sus vidas. La carga de trabajo de Galliano, tanto en Christian Dior-Donde trabajaba desde 1996 y en su firma John Galliano la obligo a buscar refugio en las drogas y el alcohol
“Después de cada me bloqueaba, y el alcohol me ayudó a escapar”, dijo ante los tres jueces en el Palacio de Justicia de París. Dijo que también comenzaron a consumir un número cada vez creciente de píldoras para dormir y los barbitúricos, y que incluso perdió por completo la pista de su consumo.
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